
Existen cursos y campamentos de escritores en los que se intercambian ideas y métodos de trabajo. Hoy vengo a hablaros de un campamento virtual que me ha servido para comenzar la tercera novela de la Trilogía Centauri y escribir prácticamente la mitad de su extensión total.
¿Cómo lo he conseguido?
Muy sencillo, en el Camp NanoWrimo.
¿QUÉ ES EL CAMP NANOWRIMO?
Como explica muy bien Miguel Ángel Alonso Pulido en su blog, NanoWrimo es un proyecto de escritura creativa en el que cualquier escritor puede participar y que se organiza desde los Estados Unidos.
El objetivo es escribir al menos 50.000 palabras durante el periodo de un mes. Actualmente hay tres convocatorias: Abril, Junio y Noviembre.
Puedes utilizar el NanoWrimo para lo que tú quieras: escribir una novela corta, empezar una larga o finalizarla. Tú eres quien decide dado que tú mismo serás quien controle tu trabajo. Nadie va a comprobar si realmente has hecho lo que has anotado en tu contador diario o por el contrario has falseado tus datos.
Lo único que hace el Campamento NanoWrimo es gestionar los datos que te ayudarán a lograr tu objetivo, en base al número de palabras que decidas poner como reto (no tienen por qué ser cincuenta mil, pueden ser más o menos). Dentro del campamento podrás ver las palabras escritas cada día, las que te faltan para lograr tu objetivo, palabras que debes escribir cada día para lograrlo, etc. Hasta una gráfica en la que verás tu evolución diaria.

Obviamente puedes mentir y poner más palabras de las que has escrito, pero en ese caso lo único que harás será engañarte a ti mismo y ése no es el objetivo por el que debes apuntarte al NanoWrimo.
¿MERECE LA PENA APUNTARSE?
Sí, sin lugar a dudas.
Cuando me apunté no estaba muy convencido, la verdad, pero a los pocos días me di cuenta del acierto de inscribirme.
No sólo he conseguido dar un gran impulso a la tercera novela de la Trilogía Centauri, sino que logrado una serie de objetivos que no me esperaba alcanzar y encima me ha servido para conocerme mejor a mí mismo como escritor.
LO QUE HE APRENDIDO
– Mi velocidad de escritura, dato importante si quiero dedicarme en serio a esto de escribir, como es mi intención. Actualmente está entre 500 y 800 palabras a la hora.
¿Por qué es importante saberlo? Simples matemáticas. Si escribo 3 horas al día a final de mes tendré mínimo 45.000 palabras. Es decir, en dos meses una novela de 90.000 palabras o, lo que es lo mismo, en 3 meses una de 135.000 palabras.
Como digo es un dato importante para planificar mi futuro y el número de novelas que puedo escribir de aquí a final de año.
– Potenciar la creatividad mental. Cuando te obligas a escribir todos los días, aunque sólo sea una hora, tu mente trabaja constantemente. Terminas una escena y piensas en la que tendrás que escribir al día siguiente, por lo que ya no dependes de que te llegue la inspiración, como me ocurría antes. Ahora la inspiración me viene día a día y cuando termino una escena ya tengo una o varias más diseñadas para desarrollar.
– Escribir por escenas. A esto me ha ayudado sobremanera el programa Scrivener (del que espero hablar un día de estos), dado que resulta muy sencillo estructurar luego los capítulos con cada una de las escenas escritas.
– Adquirir un método de trabajo, algo que, sinceramente, antes del NanoWrimo no tenía. Antes escribía por impulsos o por inspiración. Podía estar un fin de semana escribiendo seis horas diarias, incluso una semana, y luego pasar dos semanas sin escribir una sola línea. Ahora tengo un método de trabajo, aunque sea una hora de escritura antes de cenar, y con eso estoy evitando los problemas maritales que tenía en el pasado por mis épocas de “ausencia familiar” 😉
– Tomar notas casi a diario. Para poder llevar una continuidad en el argumento y ser capaz de construir cada día nuevas escenas es importante tener a mano algo en lo que apuntar. En mi caso tengo una libreta en la que anoto cualquier cosa que se me ocurre y si no la tengo a mano utilizo el móvil. El móvil o la tablet me sirven también para guardar artículos o noticias de interés que puedan estar relacionadas con lo que escribo o que me inspiren de algún modo, y que puedo compartir fácilmente entre dispositivos con el programa Evernote.
– Y por último, el NanoWrimo me ha ayudado a ser consciente de las metas que soy capaz de alcanzar.
Si hay algo que tengo claro es que tengo muchas historias que ofrecer. Constantemente me vienen a la cabeza ideas para futuras novelas, algunas poco factibles de llevar a cabo y otras con muchas posibilidades. Lo único que necesitaba era tiempo para desarrollarlas sobre el papel y ahora sé que puedo hacerlo. Únicamente necesito marcarme un plan de trabajo coherente y ser constante, como en éste último mes.
Con la tercera novela de la Trilogía Centauri no terminará todo. Tras ella vendrá otra novela y luego otra, y así mientras el cuerpo aguante 😉
Espero que estéis aquí para compartirlo con todos vosotros.
Me alegro que el NaNoWriMo te haya servido para superar tus límites, Alberto, y no podia estar más de acuerdo con todas las cosas que expresas en este artículo. Algo tan simple como adquirir hábito de escribir y la disciplina para cumplir con ese hábito es la diferencia que hay entre los escritores y los aspirantes a serlo. Ahora te queda el siguiente paso, termina la novela y no hagas como yo que me dio la bajona y he tardado seis meses. Un abrazo!