No exagero si digo que “Los muertos no se ahogan” ha sido la novela más difícil de escribir hasta el momento y la que más trabajo me ha llevado. Quizás no en tiempo, ya que tardé alrededor de dos meses en terminarla y uno más en corregirla, pero la premura para poder presentarla al Premio Literario 2018 de Amazon me obligó a unas largas y agotadoras jornadas corrección.

Hay que tener también en cuenta que es la primera novela que escribo del género policiaco y de suspense, por lo que ha sido fundamental la fase de moldeado (en la que compruebo que la trama no tenga ningún fallo) y las posteriores revisiones de los lectores beta. En esta ocasión estoy muy agradecido a Miguel Ángel, Jaime, Borja, Noemí y Sonia (mi mujer) no solo por las correcciones, sino por mostrarme aquellos puntos de la trama que debía cambiar o mejorar. Sin su experiencia como lectores el resultado final no habría sido el mismo. ¡Un millón de gracias a los cinco!

No obstante, a pesar del agotador trabajo (creo que no volveré a cometer la locura de querer publicar una novela en tan poco tiempo) debo decir que me lo pasé muy bien escribiendo esta novela y que me encontré muy a gusto en este género inédito en mí hasta este momento. Solo me queda cierto amargor por no haber podido alejarme de la novela al menos un par de semanas para realizar una última lectura. Con todo, creo que el resultado final no ha sido malo y el esfuerzo ha merecido la pena, aunque deberán ser los lectores los que lo juzguen.

CÓMO NACIÓ LA IDEA

Esta historia venía rondándome incluso antes de escribir Muerte Negra, aunque no tomó forma hasta que comencé a leer el blog de ANA BOLOX. Al hacerlo me di cuenta de que algunas de las características que debía tener toda novela policiaca y de suspense yo ya las estaba aplicando en mis libros, y que había otras muy interesantes que me veía capaz de llevar a cabo.

Así comencé a darle vueltas a una trama con los ingrediente habituales del género: asesinatos, sospechosos, pistas y giros inesperados, aportando como siempre algunas experiencias personales. Una vez tuve claro quien sería el asesino y sus motivaciones me puse a escribir.

ELECCIÓN DEL ESCENARIO

Que la novela transcurra en Nueva de Llanes (Asturias) no fue una decisión sencilla.

Conocer el lugar era un punto a favor, ya que no tenía que imaginarme las distintas ubicaciones (aunque me tomé algunas libertades para agilizar la trama).  Sin embargo, sabía que los lectores acostumbrados a leer historias policiacas que se desarrollan en pueblos o ciudades de Estados Unidos podían ver poco creíble o de escaso interés una historia que transcurre en un pueblo al norte de España. Además, dar una ambientación “estadounidense” a la novela podía hacerla más internacional.

¿Por qué me decidí entonces a mantener Nueva de Llanes como escenario de la novela?

Primero, porque aquí también hay asesinatos, sospechosos creíbles y tramas de interés. No solo en Estados Unidos.

En segundo lugar, porque me apetecía escribir una novela que transcurriese en España, después de viajar por otros mundos con mis anteriores novelas; con personajes con nombres reconocibles y en un entorno con el que cualquiera que viva aquí se puede sentir identificado.

Y en tercer lugar porque quería dar a conocer la tierra en la que me críe y en la que pasé muchos veranos, un lugar hermoso como pocos y con rincones que merecen ser visitados.

Una vez tomada la decisión, el único problema era la voz que debía ponerles a mis personajes. El habla en Llanes es muy característica y reconocible por cualquiera que haya estado allí, pero me obligaba a incluir innumerables notas a pie de página para el resto de lectores, lo que les retrasaba enormemente la lectura. Por eso las he reducido al mínimo imprescindible, algo que espero que sepan entender mis paisanos.

DESARROLLO DE LA NOVELA

Puede que esta sea la novela que más rápido he escrito, ayudado por varios factores.

Empecé a escribirla con una buena parte del argumento diseñado en mi libreta (un tercio al menos),  lo que me ayudó bastante a aprovechar cada sesión de escritura. Además, la historia me tenía tan absorbido que estaba deseando sentarme delante del teclado.

Tras llegar a finales de mayo con la mitad de la novela escrita y viendo que si quería presentarla al Premio Literario de Amazon no podía tardar más de un mes en terminarla, decidí marcarme un reto: escribir 40.000 palabras en 30 días. Lo logré en 21 días, dando así por terminada la novela antes de lo que yo esperaba. En esta entrada del blog explico cómo lo conseguí.

Ya solo quedaba la fase de moldeado y corrección de la novela. Realicé una primera revisión completa para ajustar ciertos elementos de la trama y una segunda lectura para corrección de errores. No hubo parón entre una y otra, por eso fue tan importante la labor de los lectores beta, tal y como expliqué al principio.

TÍTULO

En el caso del título debo decir que fue un quebradero de cabeza durante mucho tiempo. No conservo el listado, pero tenía al menos diez títulos distintos (Te esperaré bajo el mar, Los crímenes del mar…), ninguno de los cuales me terminaba de encajar.

Fue al alcanzar más o menos el último tercio de la novela cuando la trama me llevó sola al título definitivo. Era impactante, conciso y tenía mucho que ver con la trama, encajando a la perfección con la portada que había elegido.

 PORTADA

En esta ocasión intenté tener la portada lo antes posible, casi desde el inicio de la redacción de la novela, para que me ayudase así a inspirarme en cada sesión de escritura. Tras buscar varias en 123rf.com, encontré una que encajaba a la perfección con el personaje que aparece en la primera escena de la novela. Era bonita visualmente y solo necesitaba corregir el color y retocar un detalle.

IMAGEN INICIAL

IMAGEN FINAL

El último paso era elegir la tipografía para el título (una vez elegido este), algo que en esta ocasión no supe hacer. Al ser un género muy distinto al de mis anteriores novelas no daba con ningún tipo de letra que me pareciese adecuada. Agobiado por las correcciones y aconsejado por mi amigo y escritor Jaime Blanch, decidí contactar con Sol Taylor, diseñadora de portadas. Su excelente trabajo creo que está a la vista. Diseñó una tipografía que añade más fuerza si cabe a la imagen de la portada.

FUTURO

Aunque la novela es autoconclusiva, tengo claro que me gustaría retomar al personaje protagonista en una futura novela en la que relatar un nuevo caso en el que se ve implicado. Sin embargo, antes debo terminar mi última saga de ciencia ficción, La guerra de los dioses, para lo cual debo escribir la continuación de Muerte Negra.

Una vez satisfecha esta demanda de los lectores, viajaré de nuevo a Asturias para que Rober se pueda enfrentar a un nuevo reto que desafíe su intelecto.

Hasta entonces espero que disfrutéis de Los muertos no se ahogan, disponible en formato ebook y en papel tapa blanda.