
«Son los pequeños detalles los que muchas veces conducen a la verdad».
HAY HERIDAS QUE EL TIEMPO NO PUEDE CERRAR.
Verónica es subinspectora de la Brigada de Homicidios y Desaparecidos de la Policía Nacional.
Después de resolver su primer caso importante, una nueva investigación la llevará junto a su compañero, el inspector Vallejo, a la ciudad de León, donde la hija del rector de la universidad lleva desaparecida una semana sin que se tenga ninguna pista sobre su paradero.
¿Existe relación entre esta desaparición y un crimen cometido pocas semanas atrás?
¿Es posible que un asesino en serie esté asolando León?
Un año después de que Verónica resolviese los asesinatos de León, parece haber encontrado la estabilidad en su vida que tanto necesitaba. Hasta que un nuevo caso lo cambiará todo.
Una mujer muere a manos de su marido y pocas horas después lo hace el bebé que tenía ingresado en el hospital. ¿Una trágica coincidencia?
Todo da un brusco giro cuando una de las enfermeras que cuidó al niño es asesinada y el principal sospechoso es quién Verónica menos se espera: su compañero Vallejo.
A partir de ese momento comenzará una carrera contrarreloj para probar su inocencia y atrapar al verdadero asesino, a costa de poner en riesgo su trabajo e incluso su propia vida.